- Editorial:
- ASTIBERRI EDICIONES
- Año de edición:
- 2012
- Materia:
- Listado completo Manga
- ISBN:
- 978-84-15163-83-1
- Páginas:
- 240
- Encuadernación:
- Rústica
- Colección:
- SILLÓN OREJERO
SHIGERU MIZUKI. AUTOBIOGRAFÍA. LIBRO DOS
MIZUKI, SHIGERU
Shigeru Mizuki es uno de los autores de manga que gozan de un mayor prestigio en Japón. De su mano han salido obras tan importantes como NonNonBa, Operación Muerte o Kitaro, publicadas en castellano por Astiberri. Parte de su periplo vital ha quedado plasmado en las dos primeras obras mencionadas pero, en esta serie, que constará de seis volúmenes, el autor japonés aborda su autobiografía desde su infancia hasta la actualidad. Una vida apasionante en la que haber perdido un brazo en la Segunda Guerra Mundial no le impidió convertirse en uno de los autores más admirados del público japonés y, en los últimos años, convertirse en uno de los más celebrados a nivel internacional.
En este segundo tomo, Mizuki afronta la etapa final de su infancia y su escasa disposición para realizar los trabajos que tenía a su alcance. El auge del militarismo y el ataque a Pearl Harbour suponen un gran vuelco en su vida. El joven Shigeru es reclutado en el ejército. Sus escasas aptitudes marciales le convierten en blanco fácil para los malos tratos que los oficiales aplicaban sistemáticamente a los reclutas.
Shigeru Mizuki ha ganado el premio al mejor álbum en el Salón Internacional del Cómic de Angoulême 2007 por NonNonBa, y el premio Esencial Patrimonio de la edición 2009 del citado salón galo, por Operación Muerte.
Mizuki no puede ser más claro en su valoración cuando expresa, por boca de un personaje, que el ejército es la patología más grave de la humanidad. Va en contra de la naturaleza del ser humano. Marc Pastor i Sanz. Le Monde Diplomatique
Mizuki, al modo desencantado y cruel de un Goya, no escamotea detalle alguno de los desastres de la guerra que conoció, pero, lejos de todo tremendismo, los integra con escueta naturalidad, la de quien rememora algo para lo que no conoció ni conoce remedio. Juan Manuel Díaz de Guereñu. El Correo